Las runas celtas son un tipo de escritura alfabética utilizada por los pueblos del norte de Europa desde el primer siglo de nuestra era hasta bien entrada la Edad Media. Además de su uso como un alfabeto escrito, las runas también sirven como un sistema de símbolos que se utilizan para la magia y la adivinación. Las runas cayeron en desuso cuando los alfabetos romanos se convirtieron en el guión preferido de la mayor parte de Europa, pero sus formas y significados se conservaron en las inscripciones y manuscritos.
La influencia de las Runas en su tiempo es incontestable. Cuando los altos jefes y prudentes consejeros de la Inglaterra anglosajona se reunieron en cónclave, llamaron a sus deliberaciones secretas «runes».
La práctica de la adivinación se cultivó entre los pueblos del Norte usando piedras con el alfabeto rúnico inscrito en ellas. Desde un principio el uso de las runas tomó un significado ritual, que sirve para adivinación y para evocar los poderes superiores que podrían influir en la vida y fortuna de las personas. Había runas y hechizos para influir en el clima, las mareas, las cosechas, el amor, la curación, la fertilidad, la maldición y la eliminación de las maldiciones, el nacimiento y la muerte.
Uso de las runas para adivinar el futuro
Los símbolos rúnicos han sido talladas en piezas de madera, grabados en metal o cortadas en cuero que luego fue tintada con el pigmento. Las runas más comunes fueron piedras planas lisas o guijarros con símbolos pintados en un lado. Para adivinar el futuro, se colocan todas las runas en una bolsa, luego se sacuden y esparcen las piedras en el suelo.