En la sierra nevada de santa Martha Colombia, existen serpientes que pueden volar, allí habitan brujos y hechiceros en las profundidades de las montañas de las selvas de la región, quienes envían serpientes voladoras a los enemigos para vengarse, los secretos de ellos son muy misteriosos y raros, generalmente estos magos o hechiceros se dedican a curar a los pacientes por mordedura de serpientes venenosas, que son comunes en estas tierras tropicales, pues existe demasiada competencia en este oficio, la guerra que se desata por este trabajo entre los magos y hechiceros era mucha, pues ellos viven en guerra, por procurar ser el más distinguido.
suelen usar la cuarta dimensión, para tele transportar una especie de serpientes artificiales y enviarlas a la casa de los enemigos o competencia del oficio, el procedimiento es sencillo, raro, eficaz y maravilloso a la vez, el elemental que el brujo utiliza para construir las serpientes es de origen vegetal, para esto se extrae la fibra de el tronco vástago del plátano o banano, esta fibra se convierte en una cuarda que alcanza dos metros de largo, convirtiéndose así en una culebra artificial, el hechicero le hace 7 nudos a ella, con el propósito de simbolizar o emitir las vértebras de la serpiente, luego camina a su alrededor rezando unas misteriosas oraciones mágicas y poderosas, el ambiente se torna diferente a causa de la operación mágica en el instante que el brujo lleno de fe y concentración infinita lanza esta fibra vegetal por el espacio, esta se convierte en serpiente voladora, al entrar en la cuarta dimensión.
Lo más grave y peligroso es que esta serpiente cae en la casa o residencia de la tan odiada y envidiada víctima, comúnmente suele ser el rival del oficio, si la victima tiene el cuerpo bien protegido esta no podrá hacerle daño alguno pero si por el contrario la víctima no tienen el cuerpo preparado para estos ataques de venganza, la serpiente morderá as u víctima en el corazón dándole muerte instantánea, por lo cual los hechiceros preparan siempre su cuerpo para evitar esta clase de ataques, a base de hiervas especiales.
La fibra vegetal que usan para estos actos criminales recibe el nombre indígena de, majagua de banano.
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San Cipriano brujo hechicero a santo de Dios.