Este conjuro está pensado para hombres indecisos, pusilámines e incluso tímidos. Muchos hombre se lo piensan al menos dos veces antes de pedir a una chica que sea su novia. El miedo al rechazo es en ocasiones un gran obstáculo. Otras veces, simplemente no saben o creen no saber cómo expresar sus sentimientos a la mujer por la que sienten un gran amor. No es sencillo encontrar las palabras adecuadas para expresar un sentimiento.
Es por estos motivos por los que algunas chicas eligen realizar un conjuro con la esperanza de que ayude a esos hombres dubitativos a decidirse, expresar sus sentimientos, declarar su amor y pedir a la chica que ellos consideran especial que sea su novia.
Cómo funciona un hechizo de pedida
El conjuro para que el hombre por el que sientes amor te pida que seas su novia debes realizarlo cuando ves que el hombre duda o no se atreve. Este conjuro es simplemente una ayuda y requiere lo siguiente:
- diez petalos de rosa roja
- un objeto personal suyo
- un objeto personal tuyo
- una hoja de papel en blanco
- un objeto de color blanco (puede ser un pañuelo blanco)
Ritual del conjuro
Se colocan los pétalos de rosa encima de la hoja de papel blanco. Seguidamente se colocan encima los objetos personales que pertenecen tanto al hombre como a la mujer. Se puede envolver en el papel todo junto y amarrar con un pequeño cordel; otra posibilidad es colocarlo todo en el interior de una cajita de madera o cartón.
A continuación se enciende una vela durante toda una noche; la vela se coloca junto a la caja o envoltorio anterior, a una distancia de unos 20 cm. (a un palmo de distancia). A la mañana siguiente, se apaga la vela si no ha logrador consumirse; el ritual se repite de nuevo otra noche más, hasta que la vela se consuma.
Una vez se ha consumido la vela, esa misma mañana recogemos el envoltorio o cajita y lo guardamos en nuestro bolsa. Lo llevaremos siempre con nosotras e intentaremos acercarnos al máximo al chico que deseamos que nos pida ser su novia; es importante pasar el mayor tiempo posible cerca de ese chico, intentando hablar con él y acercando nuestra bolsa a su persona para que el conjuro haga efecto.